No es ningún secreto que tengo cierta predilección por los cortos de animación, por cómo representar en imágenes, en ocasiones sencillas, otras veces tremendamente elaboradas, grandes historias en un tiempo tan reducido. Hace unos días me encontré con esta pequeña maravilla, y no puedo sino compartirla con vosotros.
Aprendemos a tener miedo. Y también aprendemos a afrontarlo, con estrategias más o menos efectivas, en función de nuestra historia personal, de nuestros recursos y de los de aquellos que nos rodean.
Y tú, ¿Te atreves a gruñirle a la tormenta?
Grrrrrrr creo que si!!
Me gustaMe gusta