Si hubiera una variable en común en 7 de cada 10 muertes, ¿valdría la pena estudiarla?
Bien, la hay. Se trata del trauma en la infancia.
La pediatra Nadine Burke, fundadora del Center for Youth Wellness, (Centro de bienestar juvenil) en California, nos habla del poderoso efecto que el estrés en la infancia debido a situaciones de abuso o negligencia tiene sobre el desarrollo del cerebro. Y no, no se trata de algo que se supere al crecer. La violencia doméstica, la enfermedad mental o el abuso de sustancias de los padres tienen efectos cuantificables a largo plazo: las posibilidades de sufrir depresión, adicciones, enfermedades de corazón o cáncer de pulmón se multiplican en las personas que han sufrido altos niveles de trauma.
El trauma, más común en la infancia de los que queremos creer, tiene un profundo impacto en el desarrollo cerebral de los niños y, a largo plazo, en la enfermedad adulta.
[…] depende de la persona. Hace falta una gran fortaleza y madurez emocional para hacer frente al trauma que originó esa gran dificultad para reconocer sus propios fallos. La terapia, ya sabéis, es de […]
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