¿Cómo se afina un/a buen/a terapeuta?

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Los terapeutas debemos tener en cuenta que nuestro instrumento para hacer terapia somos nosotros mismos.

Cuando tenemos un instrumento musical y queremos que suene bien, antes de intentar tocar una melodía debemos comprobar que está bien afinado.

¿Cómo se afina un terapeuta? Con formación, supervisión y mucho (¡mucho!) trabajo personal.

Nosotros, como los instrumentos, una vez afinados no permanecemos así para siempre: Necesitamos de vez en cuando una puesta a punto.

Hay quien piensa que los terapeutas somos cotillas. A mí me gusta decir que somos curiosos profesionales. Probablemente la curiosidad sea una de las características de base en todos nosotros. ¿Quién querría escuchar las historias de la vida de la gente? Un rato, casi cualquiera. Una jornada completa, sólo unos cuantos. ¿Cada día laborable durante el resto de su vida? Solamente los curiosos profesionales.

Pero ojo, que ser chismoso no es lo mismo q ser cotilla, y ser cotilla no es ser terapeuta. Aunque la traigamos instalada de serie, la curiosidad se educa, se aprende… Se entrena para convertirla en curiosidad terapéutica.

La curiosidad resulta, entonces, uno de los componentes fundamentales de la terapia. Junto con el respeto, la claridad, la confidencialidad y las reglas explícitas conforman el marco de trabajo terapéutico, la partitura sobre la que terapeuta y paciente escriben juntos su melodía.

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