Coherencia y respeto. Grandes o pequeños, todos somos humanos.

Anoche leí un párrafo de la guía Newbie para una Parentalidad Positiva (Rebecca Eanes) que no puedo dejar de compartir con vosotros. Me pareció la esencia misma de la crianza respetuosa y, al mismo tiempo, estoy convencida de que desatará la polémica. Dice así:

«Con demasiada frecuencia, se sanciona a los niños por ser humanos. No se les permite estar gruñones, tener días malos, tonos de voz irrespetuoso o mala actitud. Sí, los adultos los tenemos todo el tiempo. Ninguno de nosotros es perfecto. Debemos dejar de imponer a nuestros niños niveles de perfección más elevados de los que podemos alcanzar nosotros mismos«.

En el texto original:

“So often, children are punished for being human. They are not allowed to have grumpy moods, bad days, disrespectful tones, or bad attitudes. Yet, we adults have them all the time. None of us are perfect. We must stop holding our children to a higher standard of perfection than we can attain ourselves.”

Para un minuto y piensa:

¿Algo de lo que has hecho hoy te traería problemas si fueras niño?

chicos
Imagen cortesía de David Castillo Dominici/FreeDigitalPhotos.net

Quizá has ignorado a alguien que te estaba hablando. O has gritado a alguien. O hayas dado una mala contestación. Tal vez hayas dado un portazo, puesto mala cara o resoplado ante alguna petición o comentario de otra persona.

Si lo hace un adulto, y lo hacemos todo el tiempo, inmediatamente buscamos las razones y lo justificamos: estamos agobiados por el trabajo, cansados, hambrientos, doloridos, nerviosos… Somos buena gente, al menos la mayoría, y nos esforzamos. Aunque no siempre podemos hacer las cosas bien.

Y tú, ¿qué opinas?

 

Hablemos sobre la #depresión: En primera persona, Doug Leddin

Aunque debido a la carga de trabajo esta temporada no estoy publicando tanto como me gustaría, he encontrado este vídeo en la red y no puedo dejar pasar la oportunidad de compartirlo con vosotros.

Se trata del testimonio de un chico irlandés de 27 años que sufre depresión desde hace 10. Cuatro minutos y medio conmovedores en los que describe cómo es su vida, o mejor dicho, como durante estos años ha llevado dos vidas paralelas: la que ven los que le rodean y la que él ha mantenido hasta ahora en silencio.

No es necesario irse tan lejos para encontrarse con esta realidad: personas que sufren, que temen no ser comprendidos por su entorno, por lo que tratan de acallar su malestar, alimentando su soledad y creando una distancia aún mayor entre ellos mismos y quienes les rodean, cumpliendo así su mayor miedo: «Lo que más tememos los que sufrimos depresión es que nuestros amigos no nos entiendan, que los perdamos, que los colegas nos miren diferente o que incluso perdamos nuestro trabajo».

 

El vídeo va acompañado de un escrito en el que Doug refleja su nerviosismo ante la salida a la luz del vídeo y su intención de ayudar a los demás con su testimonio:

«No es frecuente que publique algo demasiado serio en las redes sociales. No estoy seguro de que esto sea lo que hay que hacer y, para ser honesto, estoy nervioso escribiendo este ‘estado’ (de Facebook), pero espero que ayude a los demás y espero también que compartas esto si piensas que puede ayudar a alguien. Hay algo que he querido sacar de mi pecho desde hace tiempo, unos 10 años, de hecho. Esto será una sorpresa para algunos de mis amigos más cercanos con los que no he podido hablar por miedo a perderles o a no ser aceptado. Pero después de pensar y considerarlo mucho, decidí hacer un video para sacarme este peso de encima y compartir mis experiencias con vosotros. Estoy hablando de la depresión y esto es algo de lo que todos tenemos que hablar más, por las personas que han sufrido tanto tiempo en silencio y a las que tanto les cuesta hablar de ella. No estoy diciendo que abrirte a tus amigos, familiares, compañeros de trabajo o incluso compañeros de equipo vaya a hacer que todo esté bien, pero sin duda te ayudará. A mis mejores amigos tengo que decirles que siento no haber tenido el valor de hacer esto antes. A mi familia tengo que darle las gracias por apoyarme durante los últimos 10 años. Ahora tengo 27 y estoy mucho mejor en mi vida. He pasado años visitando a médicos. He obtenido ayuda en distintos centros desde que tenía 16 años. Me encontraba en un lugar oscuro y sufrí solo, algo que no debería haber hecho. Este último año ha sido mucho mejor para mí y me encuentro en una posición cómoda para compartir esto. Y aunque me gustaría que no me hubiera tomado tanto tiempo para abrirme, así ha sido y no puedo cambiarlo, pero espero que pueda ayudar a muchos otros a hacer lo mismo. Supongo que estoy haciendo esto para tratar de animar a otros a hablar de sus problemas de salud mental con la familia, amigos o incluso organizaciones. Si piensas que esto podría ayudar a alguien, siéntete libre de compartirlo. Juntos podemos superar el estigma asociado con la salud mental, un problema que va en aumento con la gente de nuestra generación. ¡Recuerda que no estás solo!»

No, no estás solo. Por favor, no lo olvides.