15 libros infantiles para mini-feministas

Esta tarde de domingo, buscando lecturas para compartir en el proyecto de Primera Infancia de Cruz Roja en el que participo, he ido a dar con esta recopilación, que no tiene desperdicio.

Porque niños y grandes tenemos mucho que aprender sobre identidad, género y valores. Y nunca es demasiado pronto, ni demasiado tarde, para educar en la igualdad.

¡Disfrutad de la lectura!

Un Pastiche

Durante la niñez, el discurso socialmente elaborado ejerce un rol de extrema importancia en la construcción de los géneros. Los patrones culturales son enseñados, reforzados y legitimados por medio de imágenes, ideas y actitudes que se transmiten por la educación formal e informal.

Por eso, es esencial introducir tanto a las niñas como a los niños a representaciones exentas de estereotipos de género desde una temprana edad, así como a contenidos que les ayuden a ir desconstruyendo mensajes sexistas a las cuales van a estar expuestxs al largo de su crecimiento.

Un importante instrumento de socialización durante la primera infancia es la literatura e, incluso antes de que sepan leer por cuenta propia, los cuentos y libros pueden ser leídos por los adultos responsables por la crianza, presentándoles una diversidad de formas de ser y vivir y dándoles alas a su imaginación.

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¡Al carajo los propósitos de año nuevo!

No te escandalices por el título de ese post, que seguro que a ti también te ha ocurrido… Acabas el año haciendo balance y planteándote, con la mejor intención, una serie de cambios a llevar a cabo en tu vida: más ejercicio, menos alcohol, más aire libre, menos tele, más vida social, aprender o mejorar alguna habilidad o conocimiento, ser más organizad@, perder peso… Y unas pocas semanas después o, como muy tarde al empezar la primavera, esos propósitos de año nuevo, quedan olvidados y, una vez más, te descubres a ti mismo haciendo las mismas cosas, poniéndote las mismas excusas…

En el vídeo que os traemos hoy, Prince Ea, poeta, rapero y productor de cine norteamericano nos da un tirón de orejas y nos propone levantar el culo de nuestro cómodo sofá y movernos en la dirección de lo que queremos conseguir.

¿Eres águila o gallina?

Aquí lo tienes:

 

Si prefieres verlo en versión original, aquí está:

 

La verdadera desgracia en la vida no es la gente que apunta muy alto y falla, sino la que apunta demasiado bajo… Y acierta.

aguila-volando

Como os decía en aquel post sobre el despropósito de los propósitos de año nuevoSi a pesar de todo desistes, si no logras incorporar esa nueva actividad en tu rutina y acabas por abandonar… Quizá sea porque realmente no lo necesitas. En todo caso, espero que cada día cuando hagas (o pases de hacer) aquello que te propusiste el primero de enero, seas consecuente contigo mismo.

La coherencia es un propósito que todos debemos practicar a diario

Peter Pan y Wendy… ¿Un final feliz?

Y como lo prometido es deuda, comenzamos con la serie de publicaciones sobre síndromes con nombres de personajes de cuentos o de historias de ficción.

Quizá el más conocido de entre estos cuadros sea el síndrome de Peter Pan.

peter y campanillaSeguro que tú también recuerdas a ese niño aventurero que volaba gracias al polvo de hadas, odiaba el mundo de los adultos y vivía en el país de Nunca Jamás junto con los Niños Perdidos. Aunque la mayoría de nosotros conocemos esta historia gracias a la película de la productiva factoría Disney, en su origen era una obra de teatro. Fue escrita por un escocés, James Matthew Barrie, y estrenada en Londres en diciembre de 1904.

El síndrome de Peter Pan comienza a hacerse un hueco en la psicología popular a raíz de la publicación de «The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up» («El síndrome de Peter Pan: Hombres que no han crecido»), de Dan Kiley. Como os contaba en el post anterior, no se trata de un diagnóstico oficial: no está recogido en los manuales de psiquiatría y psicología. No obstante, describe un estilo relacional que afecta principalmente a varones con el que nos encontramos con frecuencia, tanto dentro como fuera de la consulta.

La principal característica de las personas Peter Pan consiste en un desfase significativo entre su edad cronológica y su forma de actuar y sentir: rechazan todo tipo de obligaciones y compromisos, comportándose como si fueran niños en cuerpos de adulto y mostrando una marcada inmadurez emocional. Aunque suena divertido eso de ser un niño eternamente, la no asunción de responsabilidades puede tener serias repercusiones a nivel académico, laboral y, por supuesto, en las relaciones, especialmente en las relaciones de pareja.

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Esta curiosa escultura se encuentra en los jardines del Palacio de Egmont, en Bruselas

Estas personas tienden a asumir un papel pasivo e inmaduro en sus relaciones, colocando toda la responsabilidad del funcionamiento de las mismas en el otro: ellos nunca hacen nada mal, la culpa es siempre del otro y es, por tanto, ese otro quien tiene que hacer que se sienta cómodo, seguro y feliz. Rechazan todo aquello que requiere esfuerzo y les resulta difícil controlar sus sentimientos, así como aceptar las emociones propias de la vida adulta. Cuando toman conciencia de ellas, se sienten desconcertados y asustados y, con frecuencia, reaccionan negando o huyendo de los conflictos.

Tras esa aparente despreocupación por el otro y esa negación de los sentimientos adultos se oculta, en la mayoría de los casos, una gran inmadurez e inseguridad. Su autoestima suele ser baja, por lo que dependen afectivamente de los demás y sienten un gran temor ante la posibilidad de ser rechazados. ¿Os resulta familiar?

Como consecuencia de estas necesidades emocionales, casi infantiles, esperan de su pareja un trato maternal: protección, sumisión y disponibilidad incondicional, sin ningún tipo de límite.

wendyAquí entra en juego nuestro segundo personaje: Wendy, la paciente, dulce y comprensiva niña que actúa como «mamá» de Peter y de los Niños perdidos.

Y es que la elección de nuestra pareja nunca es casual

Pero, como escribió Michael Ende, «esa es otra historia. Y debe ser contada en otra ocasión…». 

Por ahora, os dejo un anticipo en forma de canción: Si Peter Pan viniera, de Ismael Serrano.