Una de las facetas más enriquecedoras de mi trabajo, además del trato con los pacientes, consiste en poder relacionarme con otros profesionales. Hace años que colaboro con una gran empresa, líder en su sector, atendiendo a familias en duelo, tanto en los primeros momentos (intervención en tanatorio), como en el proceso de adaptación a una realidad donde la persona querida ya no está.
Se trata de Funeraria Gijonesa. Hace 140 años que esta compañía forma parte de la historia de Asturias, y esta larga trayectoria no es fruto de la casualidad, sino del buen hacer y el compromiso.
Os contaba en un post anterior cuáles son las funciones de una psicóloga en el contexto funerario. Y es que el compromiso de Funeraria Gijonesa no va dirigido solamente a las familias que requieren de sus servicios, sino también a los profesionales que forman parte de su plantilla. Por ello se les ofrecen distintas acciones formativas que les permiten, por una parte, mantenerse actualizados para poder proporcionar el mejor servicio posible a los dolientes en un momento de gran vulnerabilidad, y por otra cuidar de sí mismos. Después de todo, trabajar a diario con el dolor humano provoca un inevitable desgaste. Y los funerarios son, antes que funerarios, personas.
Es un placer poder participar del trabajo de estos compañeros y poder aportarles mis conocimientos, así como aprender de ellos y de toda su experiencia.
Si nos necesitas, estamos a tu disposición.
Nos vemos en el próximo post.