Si tenéis niños, es más que probable que hayáis celebrado con ellos la noche de Halloween. Esta festividad ha ido, en las últimas décadas, haciéndose un hueco en el calendario y en las rutinas escolares de nuestros pequeños. Precisamente por eso, se ha convertido en una ocasión más para inculcar y fomentar valores positivos, como el respeto la diversidad y la ruptura con las normas de género.
Porque un niño disfrazándose de su superhéroe favorito no es más que eso.
Respetemos la iniciativa, los intereses y la personalidad de todos.
No os podéis imaginar cómo mi visión de la diversidad sexual ha cambiado desde entonces. Algún día quizá os lo cuente, largo y tendido… Aunque seguramente necesitemos para ello más de un post y más de un café.
Algunos de los ponentes y asistentes eran (y son) miembros y profesionales de Chrysallis, la Asociación de Familias de Menores Transexuales. Esta asociación reúne a familias que, en su diversidad, comparten su día a día con niños y adolescentes trans. A través de ella tienen la oportunidad de interaccionar, aprender de la experiencia de otras familias y de otros niñxs, compartir preocupaciones , buscar conjuntamente soluciones y, sobre todo, visibilizar la realidad de los niños trans para luchar contra esa idea de que se trata de «bichos raros».
Además de ser una valiosísima fuente de apoyo social, como decía, Chrysallis hace un gran esfuerzo por aumentar la visibilidad de la realidad de estos niños: ofrecen asesoramiento y apoyo a las familias, información, contactos, elaboran documentación en distintos formatos y acompañan en la resolución de las dificultades que puedan ir surgiendo en los distintos contextos en los que el menor participa, además del núcleo familiar: el entorno educativo, social, legal y sanitario. Están haciendo una gran labor, aunque aún queda un gran camino por delante en la normalización de la realidad trans.
En su cruzada para la visibilización y normalización de este colectivo, Chrysallis Euskal Herria, presentó en el Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, un vídeo en el que, en sólo siete minutos, podemos participar de la vida cotidiana de sus pequeños protagonistas, todos ellos entre 5 y 14 años: la infancia de Eli, Leo, Shaila, Marcos, Nahiane y Mikele se colorea de felicidad una vez su sexo sentido, su identidad de género ha sido aceptada.
«Niñas con pene. Niños con vulva. Un hecho más de diversidad» nos ayuda a comprender que la transexualidad no es una rareza, ni un capricho, ni muchísimo menos un trastorno: es, sencillamente, un hecho más de la diversidad.
El vídeo viene acompañado de un material pedagógico en forma de fichas que, al igual que el material audiovisual, ha sido traducido a varios idiomas. Serán muy útiles para padres y profes. Y para humanos en general. Puedes echarles un vistazo en castellano, euskera e inglés.
Creo firmemente que el respeto a la diversidad es un pilar fundamental en la erradicación del racismo, la xenofobia y la intolerancia en todas sus formas Y, en palabras del gran Isaac Newton, «la unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del Universo».