En otras ocasiones hemos hablado de bullying. La crudeza de sus efectos sobre la identidad y la autoestima de quienes lo padecen, sobre su mundo relacional y todas las facetas que componen su vida, han sido descritos muchas veces en múltiples publicaciones, pero aún estamos lejos de acabar con el acoso entre compañeros en las aulas.
Hoy queremos compartir con vosotros un pequeño experimento y las reflexiones de lxs chicxs implicados, ya que no hay mejor resumen que sus propios testimonios.
Porque hay muchas maneras de enfrentar un diagnóstico, y la peor de todas es adherirse a él, emplearlo como un escudo para aislarse del mundo y defenderse de los demás.
Hoy os traigo un ejemplo de afrontamiento creativo de la enfermedad mental -según escribía esta expresión, he fruncido el ceño, pues no me gusta nada, pero así es como se cataloga a las personas que sufren de experiencias como la de esta chica-:
Se trata de una joven de 18 años que a lo largo de su vida ha recibido múltiples diagnósticos, algo bastante común cuando uno entra en la espiral del Sistema de Salud Mental. Su malestar se ha ido intensificando con el tiempo y finalmente los psiquiatras decidieron que lo que le ocurría encajaba con la etiqueta de esquizofrenia. Padece alucinacionesauditivas y visuales. Oye voces y sonidos aleatorios (crujidos, chasquidos o incluso el canto de pájaros) que no proceden de ningún lugar, y con frecuencia ve bichos, caras y ojos que se mueven.
La experiencia puede resultar terrorífica así descrita. Sin embargo, Kate ha encontrado una manera de manejarla: la dibuja.
Ella misma, en un pequeño artículo publicado enBored Panda, comparte su experiencia: «Siempre he sido una artista, pero no supe lo que significaba hasta que apareció mi enfermedad. Rechazo el término «enfermedad mental»; implica que lo que soy es un persona corrompida y rota».
Comparto su opinión. Cambiemos el discurso. Evitemos el estigma que conllevan las etiquetas diagnósticas y que los medios de comunicación perpetúan. No hablemos de esquizofrénicos, de enfermos mentales ni de depresivos. Hablemos de personas, personas con experiencias extrañas, poco comunes, a veces muy desagradables. De personas que sufren. De personas que son mucho más que un diagnóstico.
Y, en el caso de Kate, de alguien que expresa su sufrimiento a través del arte. Aquí tienes algunos ejemplos:
Aunque debido a la carga de trabajo esta temporada no estoy publicando tanto como me gustaría, he encontrado este vídeo en la red y no puedo dejar pasar la oportunidad de compartirlo con vosotros.
Se trata del testimonio de un chico irlandés de 27 años que sufre depresióndesde hace 10. Cuatro minutos y medio conmovedores en los que describe cómo es su vida, o mejor dicho, como durante estos años ha llevado dos vidas paralelas: la que ven los que le rodean y la que él ha mantenido hasta ahora en silencio.
No es necesario irse tan lejos para encontrarse con esta realidad: personas que sufren, que temen no ser comprendidos por su entorno, por lo que tratan de acallar su malestar, alimentando su soledad y creando una distancia aún mayor entre ellos mismos y quienes les rodean, cumpliendo así su mayor miedo: «Lo que más tememos los que sufrimos depresión es que nuestros amigos no nos entiendan, que los perdamos, que los colegas nos miren diferente o que incluso perdamos nuestro trabajo».
El vídeo va acompañado de un escrito en el que Doug refleja su nerviosismo ante la salida a la luz del vídeo y su intención de ayudar a los demás con su testimonio:
«No es frecuente que publique algo demasiado serio en las redes sociales. No estoy seguro de que esto sea lo que hay que hacer y, para ser honesto, estoy nervioso escribiendo este ‘estado’ (de Facebook), pero espero que ayude a los demás y espero también que compartas esto si piensas que puede ayudar a alguien. Hay algo que he querido sacar de mi pecho desde hace tiempo, unos 10 años, de hecho. Esto será una sorpresa para algunos de mis amigos más cercanos con los que no he podido hablar por miedo a perderles o a no ser aceptado. Pero después de pensar y considerarlo mucho, decidí hacer un video para sacarme este peso de encima y compartir mis experiencias con vosotros. Estoy hablando de la depresión y esto es algo de lo que todos tenemos que hablar más, por las personas que han sufrido tanto tiempo en silencio y a las que tanto les cuesta hablar de ella. No estoy diciendo que abrirte a tus amigos, familiares, compañeros de trabajo o incluso compañeros de equipo vaya a hacer que todo esté bien, pero sin duda te ayudará. A mis mejores amigos tengo que decirles que siento no haber tenido el valor de hacer esto antes. A mi familia tengo que darle las gracias por apoyarme durante los últimos 10 años. Ahora tengo 27 y estoy mucho mejor en mi vida. He pasado años visitando a médicos. He obtenido ayuda en distintos centros desde que tenía 16 años. Me encontraba en un lugar oscuro y sufrí solo, algo que no debería haber hecho. Este último año ha sido mucho mejor para mí y me encuentro en una posición cómoda para compartir esto. Y aunque me gustaría que no me hubiera tomado tanto tiempo para abrirme, así ha sido y no puedo cambiarlo, pero espero que pueda ayudar a muchos otros a hacer lo mismo. Supongo que estoy haciendo esto para tratar de animar a otros a hablar de sus problemas de salud mental con la familia, amigos o incluso organizaciones. Si piensas que esto podría ayudar a alguien, siéntete libre de compartirlo. Juntos podemos superar el estigma asociado con la salud mental, un problema que va en aumento con la gente de nuestra generación. ¡Recuerda que no estás solo!»