¿O tú también pensabas que todo el mundo era tan feliz…?
¿O tú también pensabas que todo el mundo era tan feliz…?
No es broma, no… Si nos paramos a echar la cuenta, es un milagro que estemos vivos.
Gracias Farid Dieck por hacernos reflexionar sobre lo increíble que resulta que estemos aquí. ¡Y no sólo eso!, sino que además coincidamos con otra gente fantástica en el camino.
¿Cuál es la mejor manera de aliviar el sufrimiento de otra persona? En este precioso corto, la Dra. Brené Brown nos recuerda que la conexión empática sólo se puede conseguir si somos capaces de contactar con nuestras propias debilidades.
Esta profesora de la Universidad de Houston ha dedicado más de 15 años de su vida al estudio de la valentía, la vulnerabilidad, la vergüenza y la empatía, y es la autora de tres bestsellers – The Gifts of Imperfection, Daring Greatly, and Rising Strong. Uno de los temas que aparecen de manera reiterada en sus investigaciones y publicaciones es la importancia de cultivar la empatía.
Según la Dra. Brown, la empatía es sentir con el otro, y es una «opción vulnerable», pues requiere que la entremos en contacto con algo nuestro que nos permita identificarnos con el sufrimiento del otro. La empatía consta de cuatro componentes:
Muchos comentarios, bienintencionados aunque inapropiados, cuando alguien nos cuenta algo que le provoca malestar comienzan con «al menos…» y van seguidos por una queja sobre la propia situación («al menos tú tienes un trabajo, yo llevo meses en el paro…», «al menos tú tienes pareja…»). La verdad es que rara vez una respuesta de la persona que tenemos delante puede provocar una mejoría en cómo nos sentimos. Vale más una mirada comprensiva, una escucha activa, un «no sé qué decirte…. Siento mucho que estés pasando por esto» que un comentario que minimice el dolor y el malestar de la otra persona. Por eso, si no sabes qué decir, suele ser mejor que no digas nada.
¿Es posible aprender a ser empáticos? Desde niños, aprendemos de nuestros padres, profesores e iguales a gestionar las emociones propias y ajenas. Las relaciones con los otros son la principal fuente de aprendizaje, sin embargo la literatura es también una herramienta poderosa a la hora de desarrollar nuestra empatía.
Aunque la empatía no es una asignatura que se enseñe en los colegios, es una de las cualidades más importantes a desarrollar y fomentar en las personas, ¿no te parece?